Enero•Marzo: las manadas de ñus viven en las llanuras de hierba baja, especialmente ricas en minerales, de las zonas meridionales del Serengeti y occidentales del Área de Conservación del Ngorongoro (Ndutu). Durante este periodo, es posible presenciar los emocionantes nacimientos sincronizados: una breve explosión demográfica que produce más de 8.000 crías al día antes de que comience la peregrinación de 1.000 km (600 millas). La concentración de depredadores atraídos, por supuesto, por una comida fácil también es muy alta.
Abril: los terneros han sido destetados y están listos para emprender el largo viaje. Al cesar las lluvias, la tierra se seca rápidamente, obligando a los rebaños a concentrarse en las pocas zonas verdes que quedan. Los ñus y cebras en marcha migran hacia el noroeste en busca de pastos fértiles y nuevas fuentes de agua para beber, formando interminables filas de hasta 40-50 kilómetros de largo. Detrás de ellos, incansables depredadores hacen que los viajes sean aún más agotadores y peligrosos.
Mayo: los rebaños permanecen poco tiempo en las tierras al oeste de Seronera. Es la época de celo: medio millón de ñus se aparean en menos de un mes. Se producen entonces peleas entre machos que luchan por dominar el territorio y asegurarse el derecho sobre las hembras.
Junio•Julio: las grandes manadas se desplazan hacia el norte, en el llamado Corredor Occidental, en dirección al río Grumeti. Este es uno de los momentos más pintorescos de la Migración que, al menos una vez en la vida, deberías presenciar: el famoso cruce del río Grumeti, un río con un caudal moderado pero infestado de despiadados cocodrilos del Nilo. El cruce del Grumeti es el primer gran obstáculo que la migración encuentra en su camino, y sólo ocurre una vez y en poco tiempo, una o dos semanas.
Agosto•Octubre: es quizá la época más esperada y agitada del año. Las grandes manadas llegan a la parte más occidental del parque y cruzan el río Mara, abandonando el Serengeti para buscar agua en la zona protegida de Masai Mara, en Kenia. Los ñus y las cebras se reúnen en la orilla del río y pueden esperar hasta días antes de cruzarlo: el río Mara está crecido y muchos ñus se ahogan debido a la fuerte corriente y a las altas y resbaladizas orillas arenosas. Una vez que llegan a la otra orilla, si han escapado de las fauces de los enormes cocodrilos del Nilo, tienen que vérselas con leones y leonas dispuestos a atacar en cuanto surja la oportunidad. Un espectáculo cruel y fascinante al mismo tiempo. Es relativamente más fácil divisar la travesía del río Mara que la del Grumeti porque los rebaños se desplazan varias veces entre el Masai Mara y el Serengeti Mara, siempre en constante búsqueda de alimento.